El teatro es una pasión o, al menos, un arte que levanta pasiones. Esto fue lo que quedó claro ayer en la tertulia del ciclo de San Isidro, un debate encendido -por lo animado- sobre el presente y el futuro del teatro, un arte en "permanente" crisis que, sin embargo, no para de crecer y de reinventarse a si mismo. Fuerón muchos los debates abiertos. El sector permanece expectante ante lo que ocurrirá el día 22 de mayo tras las elecciones. La gestión, la producción, la creatividad, la labor didactica, su contribución en el incremento turístico de la ciudad. Muchos frentes candentes sobre los que versó una tertulia en la que se palparón fundamentalmente dos tipos de sensibilidades, dos formas de entender el teatro, una más tradicional y experimentada y otra con renovados aires que tratan de imprimir los empresarios más jovenes para que el panorama teatral evolucione.
El vinculo que une al teatro con las administraciones locales y autonómicas está pendiente de los resultados de la próxima consulta electoral, el debate esta servido ¿Qué espera el mundo del teatro después de los comicios?.
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